Saber escuchar es una parte muy importante de nuestro día a día como adultos, demuestra empatía con la otra persona pero, sobre todo, demuestra buena educación. Ya sea en el trabajo, en una clase, con jefes, subordinados o colegas, saber escuchar es la base para tener relaciones más sanas y significativas.
Pero esto, como casi todo, hay que enseñarlo cuando somos niños, por eso es tan importante formar a los niños en escucha activa, y por eso debemos no solo explicar la teoría, si no predicar con el ejemplo. Tanto en el colegio como en casa, debemos ponernos a su altura cuando nos estén contando algo, mirarlos a los ojos, atender a los que nos dicen y dejarlo claro haciendo alguna pregunta o comentario sobre el asunto.
Pero hay otras cosas que tener en cuenta: escucharlos es importante porque les da el ejemplo de lo que ellos deben hacer y porque demuestra que te los tomas en serio, para los niños lo que te están contando es importante, aunque desde tu perspectiva de adulto no lo sea. Si no les das ejemplo atendiendo a lo que no te parece tan importante eso va a ser lo que les quede, si una conversación o una charla no les interesa la ignorarán y será muy difícil para ti explicar el por qué no deben hacerlo. Pero también debes hacer “ejercicios” con ellos en los que las tornas se inviertan y sean ellos los que tienen que escuchar. Hacerlo en clase con los compañeros (una buena manera es jugar al típico juego del teléfono), además de enseñando la importancia de estar callado y atender al profesor en clase. En casa también es importante potenciarlo con hermanos, padres o abuelos, porque a menudo enseñar a escuchar es enseñar a mantener una conversación fluida y constructiva y esa será la manera que tendrán el futuro de construir relaciones sanas y positivas y evitar la mayoría de los conflictos.
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whoiscall
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